Definir a tu audiencia es el primer paso para crear tu estrategia de contenidos, ya que todo el contenido que generemos irá orientado a satisfacer las necesidades de la misma. Si no alcanzamos al target adecuado, todo el proceso de generación y difusión de los contenidos no habrá servido de nada. Uno de los grandes errores en una estrategia de contenidos es pensar en la marca y sus ventas y no en las necesidades de los usuarios potenciales de esa marca. En este artículo te contamos cómo definir tu audiencia en una estrategia de marketing de contenidos.
De esta forma, el primer paso, tras definir bien quién eres como marca, qué necesidades pretendes cubrir con esta estrategia y qué servicios y productos ofreces, es hacerte preguntas a ti mismo sobre tu público objetivo. ¿ A qué se dedican? ¿Dónde viven? ¿En qué franja de edad se encuentran? ¿Por qué les interesa o puede interesar mi marca? Cualquier dato, por mínimo que nos parezca, es importante.
Y, en base a estas cuestiones, encontramos dos factores decisivos de cara a la planificación y la creación del contenido:
Tras hacernos estas preguntas, es necesario establecer un buyer persona, es decir, un prototipo de usuario que represente nuestro público objetivo, en el que entran factores demográficos, de edad, de sector profesional, qué canales de comunicación prefieren, dónde interactúan, a través de qué medios buscan información sobre productos y servicios...
Es muy importante, por tanto, empatizar con tu audiencia potencial y entender su comportamiento a la perfección. A partir de ahí, cada vez que tengamos que planificar y crear nuevos contenidos, solo tendremos que recurrir a nuestro buyer persona, y, lo que es lo más importante: Partiendo de nuestro buyer persona podremos definir también nuestra competencia.
En la definición de nuestra audiencia debemos tener en cuenta tanto a clientes habituales ya fidelizados como a clientes potenciales, pero también a autoridades del sector, como pueden ser medios de comunicación especializados o influencers, ya que si bien no somos potenciales clientes, nos ayudarán a aumentar nuestro alcance e impactarán directamente en los resultados de nuestra estrategia de contenidos.
Pongamos un ejemplo sencillo para entender las fases de la definición de la audiencia y cómo esto impactará en la planificación y creación del contenido: Imagina que necesitas crear la estrategia de contenidos de una marca deportiva. ¿Quién puede interesarse en nuestros productos? En un primer brainstorming, los primeros perfiles que vienen a nuestra mente son:
Y esto es solo un primer acercamiento al perfil. Ahora bien, ¿qué tipo de contenido pueden querer consumir estos perfiles?
Como vemos, el establecimiento de nuestra audiencia es primordial; sin ella no habrá una estrategia sólida y efectiva de contenidos.
Ahora bien, lo anterior suena muy bien si estuviéramos solos en el mercado de la ropa deportiva, pero, claro está, que no es así. Para posicionarte y establecerte como autoridad en tu rango de negocio necesitas tener muy claro qué valor aportas al mercado. Esto, aplicado a la estrategia de contenidos, será qué valor añadido y diferenciador aporta tu contenido a tu público objetivo.
A continuación, te desvelamos las características que debe tener tu contenido para posicionar tu marca como referente:
El contenido tiene que ser relevante para tu público objetivo y apelar directamente a sus necesidades y dudas.
Puedes apoyarte para esto en un equipo de diseño o utilizar herramientas muy útiles como Canva, que te permite crear diseños sencillos para apoyar a tu contenido escrito.
Con citas, fuentes y contenido de calidad. Bien estructurado en apartados y con la extensión adecuada: Lo ideal son los artículos entre 600 y 800 palabras, por lo general, aunque no hay una extensión ideal determinada, todo dependerá de la amplitud de la temática a tratar.
Tu contenido debe incluir palabras clave, títulos y subtítulos organizados, titles y meta description, enlaces internos y externos si es necesario, e imágenes optimizadas como elementos básicos. Te explicamos brevemente en qué consisten estos elementos básicos para que tu contenido esté optimizado:
Ahora que ya sabes quién es tu audiencia y cómo posicionarte para ella, debes tener en cuenta a tu competencia.
Partiendo del punto con el que comenzábamos este artículo, es decir, de definir quién eres, qué haces y como es tu audiencia, podrás averiguar quién es tu competencia más directa. Sigamos con el ejemplo de la marca de ropa deportiva. Si eres una pequeña empresa, obviamente tu competencia no será una multinacional, por lo que tener en cuenta lo que hace y la estrategia que sigue no servirá de mucho, tan solo como mera inspiración, adaptándolo a tu pequeña escala.
Para definir a tu competencia entran en juego los siguientes factores:
Definiendo estos factores llegaremos a aquellos negocios o empresas que son nuestra competencia más directa. Así, tendremos que medir algunas variables en relación a ella:
Estas son las variables decisivas para comenzar a planificar tu estrategia. El objetivo, por supuesto, no es copiar a la competencia, sino adaptarnos a un mercado ya existente en el que debemos entrar y posicionarlos respecto a otros actores.
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