En artículo anteriores hemos visto cómo podemos crear contenido en redes sociales que sea relevante para que nuestra estrategia de social media capte y genere interés en nuestro público objetivo. Pero en todo este proceso también es preciso conocer los canales que tenemos a nuestra disposición para transmitir el mensaje. Podemos contar con un contenido brillante, pero si erramos en nuestra elección de la red social para compartirlo, es muy posible que no consigamos el efecto deseado e incluso que este se pierda por el camino y no llegue correctamente a su destino.
Por suerte, contamos con una variada oferta de redes sociales para adecuar el medio al tipo de mensaje que queremos transmitir. En los últimos 20 años han aparecido poderosos canales que nos permiten acceder a millones de clientes potenciales, pero es preciso conocerlos en profundidad para saber qué nos pueden dar y qué necesitan de nosotros para funcionar.
Cada red social funciona como un ecosistema en sí misma y si aterrizamos en ella estamos obligados a adaptarnos y a retocar nuestros contenidos para que encajen en ese entorno. Así, es perfectamente posible transmitir el mismo contenido en las distintas redes sociales, pero lo que debe cambiar es la forma de hacerlo. En todas ellas podemos transmitir la misma idea, pero lo que variará será el ‘envoltorio’ para que su contenido llegue perfectamente a cada tipo de usuario. En definitiva, se trata de un proceso complejo, pero que con conocimientos y experiencia puede ser dominado.
Así pues, en este artículo, vamos a profundizar en las redes sociales más importantes, en sus características y en los conceptos fundamentales que hay que tener en cuenta para sacarles el mayor partido posible.
Esta red social fue desarrollada en San Francisco (EE.UU) por Kavin Systrom y Mike Krieger. Debutó en la tienda de aplicaciones de Apple el 6 de octubre de 2010 y tuvo un éxito prácticamente instantáneo, basado en su gusto por el estilo retro de las imágenes, ya que permitía usar formatos cuadrados y filtros vintage que recordaban a históricas marcas como Kodak y Polaroid. Además, a principios de 2011 incluyó el uso de hashtags para organizar y promover las fotos según temáticas, lo que contribuyó a expandir su función como red social.
Para principios de 2012, Facebook ya había comprado Instagram por 1.000 millones de dólares y había entrado en el mercado Android, por lo que la herramienta continuó evolucionando y un año después incorporó la posibilidad de etiquetar a personas o lugares. Para entonces ya estaba en el bolsillo de más de 100 millones de usuarios registrados, una cifra que iría creciendo en los años siguientes hasta los más de 800 con los que cuenta en la actualidad.
Entre sus funciones actuales están las stories, una recopilación de contenidos implementada al estilo de Snapchat y que destaca por su carácter temporal, así como sus vídeos en directo. En su caso, es una de las redes sociales que más crece, por lo que precisa constantemente de innovación y de adaptación para responder a las necesidades de la sociedad.
Entre sus características, encontramos las siguientes:
Por lo tanto, a la hora de sacar partido de nuestra estrategia de contenidos debemos adaptar nuestro mensaje al lenguaje visual. Instagram es un medio directo y rápido, donde lo que se ve es lo que importa. Hay que transmitir con la composición visual, con los colores; y no hay que preocuparse tanto por la profundidad del contenido. Lo superficial manda aquí, de manera que un aspecto fundamental es desprender emociones positivas y felicidad. Por eso, es especialmente útil para los momentos de ocio y asueto.
Es ideal para expandir rápidamente los contenidos creativos, modernos y frescos. Además, los esquemas, memes o los montajes también son idóneos para esta red social. Aquí debemos huir de mensajes profundos y trascendentales, el texto es un valor secundario que acompaña a la imagen. De hecho, nos puede ser muy útil a nivel publicitario, por el poder de la imagen para presentar y vender nuestro producto.
Junto a todo ello, hay que cuidar la estética, porque las fotografías y vídeos aportan un valor para nuestra marca. Y también los contactos, porque es la red social favorita de los influencers y se hace recomendable trabajar con ellos para que ayuden a expandir nuestro mensaje. Aquí la interactividad y el uso constante son fundamentales, pues en ella prima el presente sobre el pasado o el futuro. De ahí que la frecuencia de publicación ideal sea de tres o cuatro posts semanales, salvo en el caso de las Stories, las cuales deben alimentarse prácticamente a diario. colores; y no hay que preocuparse tanto por la profundidad del contenido. Lo superficial manda aquí, de manera que un aspecto fundamental es desprender emociones positivas y felicidad.
‘La red social del pajarito’ nació en 2006 de la mano de Jack Dorsey, Noah Glass, Evan Williams y Biz Stone. Su objetivo inicial era ser una pequeña red de microblogging para uso de los empleados de la empresa ‘Odeo’ de San Francisco (EE. UU), donde la premisa fundamental eran los mensajes cortos. Su razón de ser obligaba a sintetizar los contenidos, por eso su nombre definitivo acabó siendo Twitter, un término que en inglés se asocia con el trinar de los pájaros.
Pronto esta idea fue calando y para 2008 ya era una empresa independiente que más pronto que tarde iba a tener una expansión imparable. De hecho, para finales del año siguiente Twitter ya tenía versiones en otras lenguas como el español, el alemán, el francés o el italiano. Unas mejoras que también incorporaron el servicio publicitario, de forma que esta red social encontró una vía de financiación a través de los tuits promocionados - los llamados ‘Twitter Ads - y las herramientas de métricas y análisis gracias al servicio ‘Twitter Analytics.
Con el tiempo, Twitter modificó uno de sus aspectos fundamentales, los caracteres máximos para cada mensaje. Originariamente eran 140, pero a finales de 2017 se doblaron a 280. Una medida algo polémica por traicionar su esencia de concreción, aunque útil para utilizar mensajes claros y unívocos que no dieran lugar a confusiones.
Y antes, en 2015, también se unió a la plataforma Periscope, para competir directamente con Facebook e Instagram en la emisión de vídeos en directo. Aunque esta no es fundamental, sino solo una herramienta complementaria para ampliar sus posibilidades.
De hecho, sus particularidades se podrían resumir así:
Twitter es un canal magnífico para informar e interactuar con nuestros seguidores. No tiene tanto calado publicitario como por ejemplo Instagram, pero cuenta con mecanismos para crear buenas campañas y obtener rentabilidad. De hecho, también se hace muy recomendable el empleo de vídeos e imágenes para fortalecer el mensaje y generar interés; ya que esta red social es como un enorme océano en el que navegan millones de tuits diarios y es fácil que el nuestro se pierda si no está lo suficientemente cuidado.
Junto a esto, hay que cuidar mucho la presentación y el contenido de nuestro mensaje. Es fundamental que transmita información veraz, porque la credibilidad de nuestra marca está en juego. Twitter nos será muy útil para poner al día a nuestros seguidores de nuestro producto o empresa, pero a diferencia de Instagram, aquí lo que importa es el qué pasa, no el cómo son las cosas. Nuestro objetivo debe ser transmitir nuestros valores corporativos y nuestra esencia y cada ‘tuit’ debe tener siempre presente este aspecto.
Y, por último, no nos olvidemos de segmentar nuestras campañas, de analizar los datos y de enfocar los contenidos a nuestro target. Como hemos señalado, estamos ante una red social muy homogénea y se hace muy necesario trabajar para captar a un tipo de público concreto. Lógicamente, a alguien al que no le guste el fútbol no se le pasará jamás por la cabeza seguir a una cuenta centrada en este deporte, por lo que hay que tuitear para nuestro público objetivo y generar feedback, de forma que este sienta que estamos pendiente de él y que nos interesa su opinión. Y es que en Twitter la cantidad de tuits no es importante, sino que lo que se diga sea claro y útil.
Esta red social fue desarrollada en la Universidad de Hardvard en Estados Unidos. Todo comenzó en 2003, cuando el fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, creó un programa en línea llamado “Facemash” con el objetivo de conectar a los estudiantes de Harvard a través de una comunidad en línea.
Este programa proporcionó el marco para lo que se convertiría en Facebook.
El 04 de febrero de 2004, nació la primera versión de Facebook, entonces conocida como thefacebook.com y disponible exclusivamente para estudiantes de Hardvard. Tal fue su popularidad entre los estudiantes de esta universidad, que pronto se puso a disposición de los estudiantes de Standford, Yale y Columbia antes de expandirse a muchas otras universidades.
Para el 26 de diciembre de 2006, cualquier persona en el mundo podría crear una cuenta de Facebook, siempre que tuviera al menos 13 años y una dirección de correo electrónico válida. Un año antes, esta plataforma social se había convertido oficialmente en “Facebook” en oposición a “TheFacebook” como se conocía inicialmente.
A día de hoy, esta plataforma social es una de las más influyentes del mundo con aproximadamente 2.400 millones de usuarios activos.
Las particularidades de Facebook o sus características principales se podrían resumir así:
Esta plataforma social fue fundada por Reid Hoffman en diciembre de 2002. En mayo de 2003, LinkedIn salía a la luz básicamente como un portal de búsqueda de empleo. Nada que ver con lo que representa hoy en día esta red social: un lugar utilizado para el networking, los negocios y la marca profesional.
Actualmente, LinkedIn cuenta con más de 660 millones de usuarios en todo el mundo. En España es utilizada por más de 12 millones de usuarios.
LinkedIn es diferente al resto de las redes sociales, ya que está específicamente diseñada para empresas y profesionales. Los usuarios acuden principalmente a esta red social para mostrar su experiencia laboral y sus pensamientos profesionales, lo que la convierte en una de las plataformas más importantes para aquellos que trabajen en B2B. En definitiva, esta red es una herramienta valiosa no solo para impulsar el tráfico, sino también para prospectar, establecer un liderazgo de pensamiento, así como de reclutamiento.
Sus características principales se podrían resumir así:
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