Al ser humano siempre le ha gustado jugar. No solo durante su infancia, etapa en la que suele explorar el mundo que le rodea a través de actividades que le llevan a mirar, tocar, experimentar, expresar, comunicar o inventar. También durante su vida adulta, porque acostumbra a retarse con ejercicios de carácter lúdico que también le aportan diversión y entretenimiento.
Por lo tanto, se podría decir que el juego es fundamental para el desarrollo personal y para su crecimiento tanto mental como físico. Así que es una actividad que siempre debe estar muy presente a la hora de tratar de ‘conectar’ con las personas y, por tanto, de diseñar estrategias de comunicación.
De esta necesidad ha surgido el concepto de gamificación, del cual queremos hablarte hoy para que lo conozcas y sepas cómo sacarle partido en el marketing de contenidos.
¿Qué es la gamificación?
También conocida como 'gamification' o ludificación, la gamificación es una técnica o estrategia que busca acercarse a las personas e interaccionar con ellas a través de mecánicas que implican la realización de juegos o actividades lúdicas.
Para llevarla a cabo es necesario que cumpla unos pequeños requisitos:
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Que proponga retos o metas a alcanzar: se requiere que nos anime a participar y a superarnos constantemente. Principalmente, porque cuando conseguimos un objetivo que nos hemos marcado, reforzamos nuestra autoestima y nuestro organismo libera dopamina, un neurotransmisor que genera placer.
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Que nos anime a ser competitivos: los juegos no solo nos invitan a superar nuestras propias marcas o resultados, también los logros de los demás. Esforzarnos por ser los mejores nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos y también nos ayuda a desarrollarnos.
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Que nos entretenga: a la vez que afrontamos retos y competiciones, también nos entretenemos. Jugar hace que nos divirtamos y que, por tanto, nuestra percepción del paso del tiempo sea más rápida
Además, aunque normalmente estos juegos nos invitarán a competir con otras personas, también pueden proponernos estrategias de colaboración que fomenten el trabajo en equipo y la comunicación para superar los retos. Lo que, lógicamente, es una estupenda forma de socialización.
¿Qué tipos de gamificación hay?
En entornos de negocio, podemos sacar partido de la gamificación de dos formas diferentes:
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Mediante la gamificación interna, aplicando técnicas relacionadas con el juego para el desarrollo de los Recursos Humanos de la empresa. Es decir, se enfoca en los trabajadores y con ella lo que se busca es incrementar su motivación, mejorar su productividad y crear un clima adecuado.
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A través de la gamificación externa, dirigida a un público que no pertenece a la empresa. Por lo tanto, está destinada a los clientes y prospectos, y tiene varias finalidades: captación, fidelización, ventas, aprendizaje, creación de comunidades…
¿Cuáles son las ventajas de implementar la gamificación en estrategias de marketing?
Dentro de la gamificación externa, la utilización de juegos para interaccionar con sus clientes permite que las marcas puedan disfrutar de ventajas muy valiosas para sus negocios:
Incremento del engagement de los clientes y prospectos
El juego es sinónimo de diversión y entretenimiento, por lo que proporcionárselo a los usuarios facilita que estos se sientan más atraídos por la marca e incluso se fidelicen.
Crecimiento de las ventas
Fijar metas o incluso establecer premios por cumplir determinados objetivos puede animar a los usuarios a adquirir productos. Un claro ejemplo de ellos son los programas de tiendas de 'ecommerce' en los que hacer determinadas actividades (como responder preguntas o comprar) otorga sumar puntos que luego se pueden canjear por recompensas concretas (como cupones de descuento o regalos).
Mayor reconocimiento de la marca
Si la estrategia de gamificación resulta exitosa, la imagen de la marca se verá reforzada, porque se asociará a la diversión y al entretenimiento que esta genera. Así, los usuarios que participen probablemente la valorarán positivamente y la compartirán a través del ‘boca a boca’ con sus conocidos, quienes podrán animarse también a jugar.
Creación de comunidades en torno a la marca
Igualmente, la gamificación es un estupendo mecanismo para crear comunidades de usuarios y de clientes. Todos aquellos que participen del juego pueden tener sus propias cuentas, para llevar el recuento de sus puntos y logros. E incluso es posible crear sistemas de clasificación para que compitan entre ellos o interactúen, lo que, como ya hemos comentado, puede ser una buena forma de incentivar la socialización.
Diferenciación respecto a la competencia
Desarrollar una estrategia de marketing de contenidos que incluya el desarrollo de juegos únicos permite que las empresas se distingan de la competencia e innoven. Un buen juego ayuda a transmitir y reforzar los valores de la marca, por lo que también puede acabar siendo un elemento identificativo de su 'branding'.
Obtención de datos y mejor conocimiento de los usuarios
Al interactuar con un juego, los usuarios o clientes generan datos que pueden ser muy valiosos para la empresa que lo organiza. De hecho, esta información permitirá personalizar más el servicio, así como identificar y segmentar diferentes 'targets', determinar qué personas son más activas o identificar sus gustos y preferencias.
¿Cómo sacar partido de la gamificación en el marketing de contenidos?
Es importante tener en cuenta que la gamificación no necesita ser una estrategia compleja ni aportar una experiencia de juego completa. No se trata de desarrollar un recorrido intrincado o que tenga una estructura similar a la de un videojuego narrativo, con una historia que incluya introducción, nudo o desenlace.
Más bien, para que tenga éxito y cale fácilmente, la gamificación debe ser una actividad fácil de entender y de llevar a la práctica. Y es que lo que queremos es que, además de ser divertida, no quite demasiado tiempo y a ella se pueda unir el mayor número de personas posible.
Además, para que la estrategia de gamificación en el marketing de contenidos dé resultado, hemos de seguir estas pautas:
Definir los objetivos que queremos conseguir con ella
¿Qué buscamos? ¿Incrementar nuestras ventas, crear una comunidad sólida alrededor de nuestra marca, reforzar el 'branding'? En función de nuestras necesidades, deberemos diseñar la estrategia.
Concretar la audiencia o público objetivo
Como ya hemos comentado, a todos nos gusta jugar de una forma u otra. Pero no a todas las generaciones les atrae lo mismo. El tipo de juego o actividad variará en función de si nos dirigimos a un público joven de no más de 30 años que si lo hacemos a un público más senior de unos 50 años. De forma que este será uno de los primeros aspectos que deberemos tener en cuenta para acertar con unos contenidos que les atraigan y motiven por igual.
Determinar la temática y establecer el reto o retos
El tema y la ambientación de nuestro juego serán importantes para que resulte lo suficientemente atractivo y estimule la participación. En este sentido, ambos deberán tener algún tipo de relación con nuestra empresa o sector. Y, además, es clave fijar metas que no resulten ni demasiado sencillas ni demasiado exigentes, para que no aburran ni generen frustración.
Establecer las mecánicas del juego y las normas
Consiste en determinar cómo se desarrollará el juego, cómo se medirán los logros que obtengan los usuarios (si habrá puntuaciones, rankings, sistemas de premios, bonificaciones, etc.) y, algo muy importante, el reglamento y las condiciones de uso. Esto último es especialmente relevante si se van a obtener datos de los usuarios durante el proceso o si se les va a premiar por conseguir determinados objetivos.
Fijar los canales a través de los que lo desarrollaremos
Podemos desarrollar actividades de gamificación a través de nuestra página web, de las Redes Sociales o incluso de otros canales, como vídeo, teléfono o el chat. Y, por supuesto, también podremos utilizar estos medios de difusión para promocionarlo y facilitar que llegue tanto a nuestros clientes como al target que hayamos concretado. De hecho, un juego de este tipo puede ser una buena forma de reforzar una estrategia de marketing de contenidos más amplia o incluso convertirse en el centro de esta.
Elegir las KPIs que ayuden a medir el éxito de la gamificación
Como hemos visto, desarrollar un juego para incluirlo en nuestra estrategia de marketing de contenidos nos ayudará a alcanzar los objetivos que nos hayamos marcado. Pero para confirmar que así es y que vamos por el buen camino, a la hora de crear el juego debemos determinar las KPIs o métricas que nos ayudarán a medir los resultados y a concretar el progreso de los usuarios en su sistema.
Para que estas sean adecuadas, han de ser relevantes para determinar que se cumplen los objetivos marcados. Y también deben aportar tanto datos cuantitativos como cualitativos, que muestren un enfoque amplio de los resultados y que nos permitan comprobar puntualmente el rendimiento del juego y el grado de cumplimiento de los objetivos, así como completar los ajustes o rediseños que sean necesarios.
Realizar pruebas y testeo
Antes de lanzar un juego o sistema de gamificación, es fundamental testearlo internamente para comprobar que funciona correctamente y que es totalmente coherente. Realizar este tipo de pruebas previas nos ayudará a localizar fallos de todo tipo, como de usabilidad o de carácter técnico, y también nos permitirá pulir mejor las normas y condiciones que lo regularán.
Indicar la duración y el calendario
Quizá nuestra estrategia de gamificación tenga fecha de caducidad y se prolongue solo durante un período de tiempo concreto. Esto es habitual, por ejemplo, en el caso de los concursos; ya que la exclusividad e inmediatez puede ser una magnífica forma de animar al usuario a participar y, por tanto, también a comprar o a consumir.
Activar el juego y realizar un seguimiento
Una vez que tengamos todo listo, podemos activar nuestra estrategia de gamificación. Cuando así lo hagamos, es fundamental que sigamos con atención todo el proceso, que comprobemos que todo funciona correctamente, que invitemos a los participantes a dar su opinión y que establezcamos al menos un canal de comunicación para la aclaración de dudas o la resolución de problemas. Es más, hay que entender esta actividad como un proceso ‘vivo’ que puede ir mejorándose con la experiencia del día a día y con el ‘feedback’ que nos puedan aportar los usuarios.
Anunciar los premios, si los hay
Finalmente, si hemos establecido un sistema de gamificación que incluya la entrega de premios, hay que cumplir con lo prometido y facilitar que los ganadores accedan a sus recompensas. En estos casos, incluso podemos invitarles a visitar la sede de nuestra empresa para recibir su premio y luego difundir la imagen a través de las Redes Sociales, para demostrar no solo que el esfuerzo da resultados, sino también nuestra implicación y compromiso con los participantes.
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En definitiva, la gamificación es un recurso creativo, divertido y muy interesante que mejora de la experiencia de nuestros clientes y nos acerca a ellos. Y, además, gracias a herramientas como las plataformas sociales y a tecnologías como la Realidad Virtual o la Realidad Aumentada, también puede impulsar la innovación en nuestra empresa y ofrecernos una ventaja diferencial frente a la competencia.
Los consejos que has visto en este artículo pueden ser un buen punto de partida para que sepas cómo desarrollar una estrategia de gamificación en marketing de contenidos. Y no olvides que, para un enfoque totalmente profesional y plenamente adaptado a tus necesidades, puedes contactar con nuestro servicio de Content Marketing, donde te atenderemos encantados para ayudarte a lograr 'leads' y ventas para tu negocio.
